ALGO DE HISTORIA DEL RADIO EN MÉXICO
Este siglo nuestro que significó por los grandes inventos, atrajo la atención en nuestro país, como en otras partes del mundo, de espíritus inquietos que se entregaron con ahínco a la experimentación radiofónica, dejando atrás la popularidad de la pianola y el fonógrafo. ¡Milagro!, ¡Milagro!. Ahora con un solo receptor miles de personas podrían al mismo tiempo y en lugares diferentes bailar al compás de la misma música o disfrutar de una plática o enterarse de las últimas noticias.
Eran los principios de los años veintes. Desconcierto total al final de una revolución que ensombrecía al país con rencores, venganzas y avaricias.
Fueron muchos los hombres que en México se entregaron apasionadamente a la radiodifusión mexicana a Raúl Azcárraga, el Ing. Gustavo Obregón, don Jorge Marrón (Dr. I.Q.), uno de los primeros locutores en nuestro país.
En la Dirección General de Telégrafos se registraron formalmente las primeras estaciones de radio, eran CYX y CYL. Posteriormente se les agregaron al principio las iniciales XE, cumpliendo así con los convenios internacionales que establecieron los lineamientos para el uso del medio en cada país.
Muy pronto la radiodifusión marcaba una nueva pauta en sus funciones. El 17 de Junio de 1923, el entonces presidente de la república Gral. Álvaro Obregón, inauguró en el patio de la Escuela Nacional de Ingeniería la “Gran Feria Radioeléctrica”, organizada por el ing. Modesto C. Roland; por primera vez en la historia de la radiodifusión nacional un candidato a la presidencia de la república, el Gral. Plutarco Elías Calles, se dirigió al pueblo a través de este medio de comunicación masiva.
Los periódicos Excelsior y El Universal tuvieron sus propias estaciones transmisoras. “La Casa del Radio”, una de las primeras firmas comerciales del ramo, se instaló en la AV. Juárez No. 62, donde después se edificó el Cine Alameda. Las casas comerciales como ésta vendían los aparatos radiorreceptores con frases publicitarias como la siguiente: “Trabaja con pila seca, elimina la estática y reproduce la música con toda su sonoridad y armonía”.
Las transmisiones de radio fueron breves y esporádicas hasta que don Emilio Azcárraga Vidaurreta fundó la XEW el 18 de septiembre de 1930; desde entonces la radio adquirió su actual fisonomía. Don Emilio, un hombre visionario y con buenas relaciones en el mundo de los negocios, ligó su empeño y experiencia a la RCA Víctor y a partir de entonces se diseño una programación que aún convoca a la nostalgia. “La Hora Azul con Agustín Lara”, “El Tío Polito”, “La Hora de los Aficionados”, fueron algunos de los programas de mayor éxito en esa época. De ellos surgieron artistas de fama mundial.
Pronto a la “W” se le identificó como “La Voz de América latina desde México” y como “La Catedral del Radio en Latinoamérica”, siendo la meta soñada de todo cantante, cómico, director de orquesta o locutor.