El 7 de Agosto de 1953, Don Felipe nos organizó muy temprano al vapor, a Luis Salcido Flores, José Ramos Regalado y Sergio Anaya Valenzuela, para efectuar una transmisión a control remoto desde la colonial ciudad de los portales, Alamos, con motivo de la inauguración del Servicio Telefónico, un aparato con larga distancia desde el Hotel Portales. Salcido se encargaría de los patrocinadores para el control remoto, ya que para las ventas, era el número uno, Ramos Regalado el encargado o técnico para un buen resultado y yo como maestro de ceremonias.

Nuestra pequeña comitiva radiofónica enfiló después de medio día y cuando el ardiente sol de verano deslizaba su enorme disco en el poniente, en la irregular línea del horizonte en las estribaciones de la Sierra Madre, hacíamos nuestro arribo a la señorial ciudad por calles estrechas y empedradas, entre casonas añosas rayadas por fuertes rejas de hierro, desembocamos en la majestuosa plaza de altas palmeras vibrantes y rumorosas por el viento, enfrente su viejo templo y a un lado el Hotel Portales, donde nos hospedamos.

Por la noche visitamos al C. Presidente Municipal Don Raymundo M. Robles, quien llevaba a la perfección su papel de buen anfitrión, nos llevó a presentar con el C. Secretario del H. Ayuntamiento Don Roberto Quiroz, caballero con una sencilla madurez, magnífica memoria y cultura refinada, quien abundo en datos que me fueron muy útiles para cubrir mis comentarios, antecedentes al programa de inauguración.

Al siguiente día 8 de Agosto con toda puntualidad, estuvimos listos para llevar a cabo nuestro cometido, saludamos a mucha gente conocida periodistas, locutores de Hermosillo que iban a hacer una grabación del acto, políticos, amigos y muchas personas que llenaban completamente el centro de la ciudad.

Se inicia el programa con la cordial bienvenida del C. Presidente Municipal Don Raymundo M. Robles, a continuación el Dr. López Arias hizo una locución que resultó todo un poema y tras algunos otros números previstos el C. Gobernador del Estado Don Ignacio Soto procedió al acto inaugural tomando el teléfono que estaba conectado al sonido local, para que el público presente y el del radio fuera testigo.

* Bueno Señor Presidente de la República, le saluda Nacho Soto, Gobernador de Sonora, buenos días.

* Buenos días, fíjese que...

* Si Señor Presidente, el pueblo de Sonora lo saluda por mi conducto.

* Oiga yo.,!...

* Si Señor Presidente estamos en Alamos inaugurando el servicio telefónico.

* Mire usted Señor Gobernador, yo...

* Si, Señor Presidente, ya les expliqué que por razones de fuerza mayor usted no pudo venir,

* Por favor déjeme decirle...

* Si Señor, diga usted, que nos sentimos muy honrados con escuchar su voz.

* Señor Gobernador, déjeme hablar para decirle que yo no soy el Presidente, el ya salió de su oficina; yo sólo soy el conserje; estoy haciendo el aseo.

Don Ignacio Soto después de aspirar fuerte, sonrió y retomó la palabra, ya con el teléfono colgado.

* Bien queda inaugurado el servicio telefónico desde Alamos, que como ustedes se han dado cuenta, funciona perfectamente. Este día 8 de Agosto de 1953 estamos conectados por el hilo con México, y el mundo entero. Todo sea para bien.

Después nos concentramos en los amplios y elegantes portales del Hotel para disfrutar de un excelente ágape con finas bebidas. El propio Gobernador Soto, reía de lo ocurrido hacía unos momentos, sentado en un fino equipal forrado de vaqueta, estiró los pies y recargó el cuerpo hacía atrás y cuando menos pensó resbaló el redondo asiento, dándose un fuerte golpe en la cabeza que resonó en todo el recinto.

La fría mirada y actitud dura de las personas de seguridad que lo acompañaban impidieron que nadie se le acercara, por lo que el C. Gobernador en pose boca arriba tuvo que mecer su equipal hasta quedar boca abajo, para luego ponerse de pie. El fue el primero en reirse y festejar el incidente y después de todos los presentes le secundaron.